Proyecto de interiorismo para Toldos Segado

Más que decoración

Proyectos de interiorismo

En una de nuestras últimas entradas hablamos de reformas y de cómo es fundamental la intervención de un arquitecto a la hora de planificar, proyectar y ejecutar este tipo de proyectos, pues cuando impera una reforma, se añade la dificultad de mejorar lo ya construido para adaptarlo a las nuevas necesidades del cliente, salvando por el camino todo aquello que pueda ir surgiendo (tabiquería, estructura en mal estado, cambios en instalaciones…).

En esta ocasión queremos seguir la misma línea de intervenciones, pues queremos hablaros sobre los proyectos de interiorismo. Son proyectos que podrían entenderse como pequeñas reformas, porque adaptamos el espacio a una nueva necesidad. Aunque no intervienen cálculos estructurales en un proyecto de interiorismo, nuestra manera de tratar cada encargo hace que no por ello se trate para nosotras de trabajos de menor importancia. En nuestro estudio son proyectos en los que volcamos toda la profesionalidad, experiencia y criterio del arquitecto, puesto que sumamos a nuestro entender el espacio y sus posibilidades, los elementos que forman la decoración y el mobiliario y que completan el conjunto para conseguir el efecto que el cliente desea.

Un ejemplo práctico lo tenéis en el showroom para Toldos Segado.

 

PROCESO CREATIVO

Según los requerimientos del cliente y el espacio a modificar (estancia, local, oficina, tienda…), asesoramos en la intervención a ejecutar y diseñamos un concepto en consonancia. Para ello, tenemos en cuenta la funcionalidad futura del espacio, los gustos del cliente, la eficiencia del uso que se le va a dar y la optimización del entorno para lograr el objetivo marcado. Planteamos todos estos elementos y, por qué no decirlo, la capacidad económica del cliente, pues una misma línea de diseño se puede materializar con elementos de todas las calidades y categorías disponibles en el mercado: esto también es un ítem a barajar.

De esta manera, tras recabar las ideas y anhelos del cliente, realizamos un brainstorming en el estudio para pasar a bocetar la idea. Usamos papel y lápiz en primera instancia (como en todos los proyectos que emprendemos, sean del calibre que sean) y, de esos primeros dibujos, se van sacando las líneas maestras que nos llevarán al cambio. Con esos esbozos, pensamos texturas, colores, mobiliario, accesorios… todo encaminado a la armonía visual y/o funcional, esto es, todo encaminado a lograr que ese espacio mal aprovechado, difuso o inútil se convierta en una herramienta más en la vida o en el día a día profesional del cliente.

Nuestra labor una vez terminado el proyecto no se limita a entregarlo; nos encargamos de asesorar al cliente de los lugares de compra del mobiliario, la decoración, la pintura… que conformarán su nuevo lugar y, una vez adquiridos estos elementos, nos encargamos personalmente de montar la composición, de trasladar el dibujo a la realidad. Esto es, empezamos la transformación con el cliente, caminamos con él mientras despejamos sus dudas y le aportamos confianza en el resultado, para acabar el viaje dejando un poquito (o un mucho, según el caso) de nosotras mismas en ese nuevo entorno.

Nuestra experiencia en este tipo de proyectos es, en la mayoría de los casos, muy gratificante, pues somos testigos de la evolución tanto del lugar como de la persona, que parte de un espacio disonante, caótico y poco funcional, para llegar a la claridad, sencillez y practicidad que necesitaba. Desde el punto de vista de Versión L, eso es un proyecto de interiorismo.